En 2008, durante la reunión para elegir un representante regional que integrara la mesa directiva de CUBRA, alguien comentó en tono de broma: «Al que quiera ir, le regalamos un traje». Fue entonces cuando la Dra. María Alejandra Arias se levantó, tomó una taza de café, miró a los presentes y respondió: «¿Y por qué no un vestido?».
Con esta respuesta, Arias marcó el inicio de un hito en la historia de la Confederación Unificada de Bioquímicos de la República Argentina, convirtiéndose en la primera mujer en integrar su mesa directiva.
Sin embargo, su camino no estuvo exento de obstáculos. Ante su interés en postularse, le sugirieron que consultara a su esposo sobre esa decisión. A pesar de ello, Alejandra estaba determinada a representar a la Región de Cuyo y a velar por los intereses de todos los bioquímicos del país.
Hasta ese momento, la comisión directiva de CUBRA había estado conformada exclusivamente por hombres. Su llegada marcó un precedente y abrió nuevas oportunidades para aquellas mujeres que quisieran desarrollarse en el ámbito gremial de la profesión.
Al ser consultada sobre los desafíos que enfrentó en sus primeros años, relató: “Nunca me sentí discriminada por mi condición de mujer, pero en principio costó que mi voz fuera escuchada, que tomaran en cuenta mis opiniones”. Con muchas inquietudes sobre su labor, se mostró dispuesta a aprender, aunque en aquel momento alguien le dijo «si necesitan algo, te lo van a pedir». Mientras que por dentro pensaba, «yo no vine a esto, esa no es mi función”.
Su curiosidad y proactividad la llevaron a construir su propio camino. Se incorporó al COCERBIN, reanudó los vínculos con el Ente Coordinador de Unidades Académicas de las facultades de bioquímica y farmacia del país, intercedió en el restablecimiento de las relaciones con la IFCC, integró la comisión directiva de CGP, formo parte de la Comisión técnica permanente del NBU, entre otros. “Cuando me di cuenta, tenía un montón de cosas para hacer”, recordó.
Ante este importante cambio estructural que implicó la inclusión de una bioquímica en un puesto jerárquico de la institución, la Dra. Arias expresó: “Me aceptaron inmediatamente, me incluyeron y he aprendido mucho de mis compañeros de gestión”.
Gracias al reconocimiento y valoración de sus colegas, en el 2014 fue honrada con la presidencia de la Confederación, cargo en el que permaneció hasta el 2021, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo desde la creación de la Institución.
Destacó, además, la relevancia de la presencia femenina en la toma de decisiones, enfatizando que la capacidad y la formación deben ser los criterios fundamentales para la designación de cargos: “Tenemos las mismas capacidades, no debería haber diferencias de género. Los puestos deberían designarse porque sos capaz y porque tenés la formación adecuada”.
En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Alejandra recordó a las mujeres que han dejado su huella en la bioquímica: “Tenemos mujeres muy valiosas en nuestra profesión. Me gustaría recordar a la Dra. Regina Wikinski, gran referente, digna de admiración y en su memoria honrar a todas las colegas que han participado y participan, dejando su impronta tanto en las instituciones, como en la profesión pura, trabajando por el bien común y la equidad, con conocimiento, esfuerzo, dedicación, pero por sobre todo humildad, firmeza y fundamentalmente amor”.
Su historia es un testimonio de determinación y un recordatorio de la importancia de la equidad de género en todos los ámbitos profesionales.