En el marco del Día Mundial contra la Obesidad, desde CUBRA buscamos promover la reflexión y la toma de conciencia sobre una enfermedad que continúa en aumento a nivel global y que requiere un abordaje integral desde la salud pública, la educación y la investigación científica.
Para comprender la magnitud del problema y su impacto sanitario, conversamos con el Dr. Silvio Schraier, médico especialista en nutrición, quien brindó un panorama actualizado sobre esta condición que afecta a adultos, jóvenes y niños en todo el mundo.
“De los 9.000 millones de habitantes que somos en el mundo, 2.500 millones de adultos padecemos entre sobrepeso y obesidad, es decir, de índice de masa corporal de 25 hacia arriba”, explicó el especialista. “Estamos hablando de una adiposopatía que involucra una inflamación crónica de bajo grado que causa múltiples enfermedades asociadas”.
La obesidad, destacó Schraier, no es un problema estético, sino una enfermedad compleja y multifactorial que puede tener consecuencias graves sobre la salud. “La obesidad es responsable, al menos, de otras 200 enfermedades”, señaló. Entre las más frecuentes se encuentran las enfermedades cardiovasculares (hipertensión arterial, accidente cerebrovascular, trombosis), la diabetes tipo 2, varios tipos de cáncer, trastornos respiratorios como la apnea del sueño, patologías articulares, hepatopatías y trastornos reproductivos, además de un impacto significativo sobre la salud mental y la calidad de vida.
Según el especialista, la obesidad también afecta a la población infantil y adolescente, un dato que preocupa a la comunidad científica internacional.
“¿Pensamos que es algo de adultos? No, estamos equivocados. Más de 400 millones de niños y adolescentes también la padecen, y quien la sufre en esa etapa tiene mayores probabilidades de mantenerla en la adultez”, advirtió Schraier.
En la Argentina, la situación no es menos alarmante: 6 de cada 10 adultos presentan sobrepeso u obesidad, lo que plantea un gran desafío para los sistemas de salud y la sociedad en su conjunto.
Frente a este panorama, el Dr. Schraier remarcó la necesidad de actuar de manera temprana y coordinada:
“Es muy importante que estemos permanentemente alertas, que detectemos esta enfermedad y la derivemos para su tratamiento pertinente. A su vez, debemos hacer todos los esfuerzos posibles por prevenirla, en los hogares, en las escuelas, en los clubes y en todos los espacios donde haya personas involucradas”.
Desde CUBRA, reafirmamos nuestro compromiso con la promoción de hábitos saludables, la prevención y la educación continua de los profesionales bioquímicos, quienes cumplen un rol fundamental en la detección y el seguimiento de esta enfermedad.

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Coordinado por el Comité Científico Permanente (CCP) de la CUBRA